viernes, 20 de agosto de 2010

SOPITA DEL DIA + SOLDADITO DE LA REINA



















Bueno, mi querido Mr. Bean, era de esperar que no nos encontraríamos por las calles de Londres, a pesar de la pateada que me metí. ¡Me gustaría tanto conocerte, Sr. Atkinson! para comprobar cómo es el actor que da vida a este personaje. No tendríamos ningún problema con el idioma, puesto que casi todo lo expresamos a través de los gestos y los hechos.
Pues te contaré que la primera noche, me acosté tan pero tan cansada, que ni cuenta me dí que el cabecero de mi cama, color malva, tenía una forma triangular que se apoyaba en dos patas. Caí rendida. Así que muy temprano, en pijama y desgreñada, me quedé mirándolo pensando que se había caído. No me lo pensé dos veces, ¡vamos a enderezar ésto! me dije ¿cómo se habrá caído? así que cuando ya la fuerza era sobrenatural para conseguir un cabecero cuadrado y a punto de que las dos patas se salieran por un lado de la cama y lo otro quedara colgando, ¡me di cuenta! vaya por Dios.
Los planes de ese día eran pasear por St James Park, dándole cacahuetes a las ardillitas que se acercan voluntariamente, y observar desde las rejas el Buckinham Palace. Llovía a cántaros y hacía frío, Las vacaciones son para descansar, dormir, madrugar, comer, pasear y saltarse todas las normas de la rutina diaria, así que a la sopa del dia, de tomate, muy condimentada, añadí la famosa patata asada rellena de carne con chili.
Los chilis y los tomates empezaron a librar una batalla campal y la patata intervino para poner orden, y comenzó la batalla de Trafalgar.
La bandera de Palacio ondeaba bajo la lluvia, señal de que la Reina se encontraba en Palacio. Pedí a gritos su teléfono móvil para usar su baño urgentemente o sus jardines corrían peligro. Me aparté del resto del grupo y todos corrieron en busca de la señal de un baño público. Caminando con todo el glamour apretando el paso y los músculos, llegué a la meta. ¡que coincidencia! cuando salí por la puerta del baño, ¡la banda empezó a tocar! las carcajadas de quienes me esperaban ensordecieron la música.
Tenemos la virtud, Mr. Bean, de conseguir que quienes nos rodean, se pongan rojos, o de ira, o de risa. ¡Pero casi nunca se aburren a nuestro lado!

No hay comentarios: