
Podría ir en busca de la Luna, traértela y ponerla a tus piés. Greenpeace empezaría a perseguirme, el Planeta ya no tendría más noches románticas, serían muy tristes.
Pero en el País de los Sueños, de la Magia y de la Imaginación, ese País tuyo, y mío, donde todo se alcanza con sólo cerrar los ojos, puedo pescar su reflejo sobre el río, y llevártelo en una pecera de cristal.
¡Es que te quiero mucho, tanto, tanto, tanto, como la trucha al trucho!