jueves, 4 de febrero de 2010
UN OSCAR PARA ELLOS
Sí, así a simple vista, parece un precioso cartel, reclamo de un estreno de cine.
¿Argumento? ¡Precioso!
Ella, cada día, descendía de su vuelo, impecablemente uniformada, peinada y maquillada, arrastraba su pequeña maleta, tras horas de trabajo.
El, también uniformado, cada día la veía pasar por el hall del aeropuerto.
"Aquel chico quiere tu número de teléfono". Ella siguió la dirección del dedo cómplice, y lo vió.
"¿Por qué no? Toma, es éste".
¡Flechazo!
No están posando. Es tan real como su amor.
Se quieren, se enternecen, se gustan y se desean. Pero lo que más me atrae de esta pareja, es lo mucho que se ríen uno con el otro.
¡Mis chicos! ¡Que entrañable es vuestra historia de amor!
¡Ah! se me olvidaba. El es inglés, y ella, mitad española, mitad cubana. Pero han aprendido a mojar los fish & chips en los frijoles. Si las mejores locuras, son las que se hacen por amor.
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