viernes, 26 de octubre de 2018
Perdida y Encontrada
Y me perdí de aquí. Y nadie me buscó.
Pero de nuevo, me encontré. Y me sentí encantada de tener de nuevo el placer de conocerme.
Me saludé, me dí un abrazo, me compré flores y me invité a un café.
jueves, 19 de diciembre de 2013
Mi Jardín Prohibido
Mi querido Rincón,
Realmente eres un espacio donde vuelco mi melancolía. Secreto.
Es como el reverso de un folio, donde he escrito una especie de borrador, con cierta timidez. O la letra pequeña que nadie se molesta en leer, pero que tanta importancia tiene a la hora de la verdad en un contrato formal y serio.
Tan diferente al libro de caras, abierto a todo tipo de comentarios.
Tú eres mi refugio, donde a veces no consigo distinguir lo que escribo, porque se me empaña.
Me alegro de que existas, Mi Pequeño Jardín Prohibido, dulce, callado, tierno...donde seres como Henry Mancini se atreve a entrar sin sentirse importunado.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Sólo apto para románticos!
El lo dice todo. Añadir algo más a una canción de Amor, como ésta, sería estropearla.
sábado, 25 de mayo de 2013
sábado, 18 de mayo de 2013
ME LLAMAN "LA PELICULERA"
lunes, 25 de marzo de 2013
Y LLORARTE, LLORARTE Y VOLVERTE A LLORAR
Demasiado tiempo de lluvia, demasiados días grises, fríos, charcos en los que se refleja un cielo gris.
Quiero llorarte, llorarte y volverte a llorar, competir con la tristeza de los Angeles, mezclar la sal de mis sentimientos con la dulzura del suyo. Y dejar vacío, seco, ese lugar en el que almaceno tanto que no podré contarte nunca. Dejar ese hueco tan árido, que nunca más la semilla de un sentimiento similar pueda volver a germinar.
Llorarte, llorarte y volverte a llorar, sin descanso, que se queden tan limpios mis ojos que pueda mirarte como si nunca lo hubiera hecho, como aquella primera vez, pero con un vago recuerdo que me pellizque en ese instante el corazón y me grite ¡cuidado, tonta! ¿para qué sufrir?
miércoles, 20 de febrero de 2013
Cada segundo de mi Vida, me lo pregunto.
No hubo esa oportunidad del frente a frente. No existió el momento de decírtelo yo, y de reirte tú. Pero sigo preguntándomelo, cada día. ¿Qué fui para tí?
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